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Mostrando entradas de abril, 2014

En busca del unicornio: Santuario de Rinocerontes de Ziwa (y II)

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"Y mientras fui admirando el gran cuerpo que la bestia tenía, que era como de buey muy grande, y las patas cortas y muy recias y la cabeza enorme y pesada como de jabalí y por la parte del hocico tan grande como por la parte de los ojos. Y sobre el hocico aquel cuerno poderoso y otro cuernecillo más chico por encima dél".   En busca del unicornio (Juan Eslava Galán) El área de recepción del Santuario de Rinocerontes de Ziwa (Uganda) cuenta con una verde pradera abierta que utilizamos para montar las mesas y comer, para hacer la visita por la tarde. El sitio es un remanso de paz con una tienda de artesanía local que sirve para colaborar en la financiación de la reserva y donde, tras comprarle una enorme máscara tribal, el encargado se percató de mi nacionalidad y me abrumó con elogios sobre la Selección Española, que días antes había ganado el Mundial de Sudáfrica. El tipo se sabía la alineación de memoria y rebosaba ilusión por el fútbol desplegado por el equ

En busca del unicornio: el Santuario de Rinocerontes de Ziwa (I)

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"Caballo es, amigo mío, pero de una clase de caballos como nunca se ha visto por nuestros reinos ni creo que nunca se viera en tierra de cristianos. Su nombre es el unicornio por ese cuerno que le ves en la frente en el que reside su maravillosa virtud. Estos caballos unicornios pacen en los pastizales de África, más allá de la tierra de los moros, donde nunca llegaron cristianos fuera de los mercaderes del Preste Juan si es que tal hubo". En busca del unicornio (Juan Eslava Galán) La mayor parte de los safaris que se realizan en los parques naturales africanos son motorizados, a bordo de un 4 x 4 o un camión y con la estricta prohibición de bajarse , salvo en los sitios indicados, por dos razones: una, el peligro que conlleva acabar convertido en merienda de leones, hienas y otras especies; dos, la alteración que supone pisotear y estropear un ecosistema a menudo ajeno al ser humano. Sin embargo, sí que hay algunos safaris que se pueden -incluso deben- hacerse

El teatro negro de Praga

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Una de las cosas más curiosas y típicas que se pueden hacer en Praga es asistir a una función de teatro negro o černé divadlo . El nombre puede llevar a confusión pero no tiene nada que ver con el género terrorífico ni con con cuestiones raciales; se trata de una representación mímica en la que el fondo del escenario está cubierto por un telón de ese color que, combinado con una iluminación escasa y centrada sólo en lo indispensable, da pie a que los intérpretes puedan volar y hacer malabarismos que, en realidad, son trucos. Me explico: puesto que el espectador no puede distinguir el negro sobre el negro, ya que nuestra visión no lo permite, algunos actores se visten de oscuro para estar presentes sobre las tablas sin que se les vea. Así pueden manejar cables, tramoyas y atrezzo que, debidamente tintados de colores fosforescentes, atraen la atención sobre los protagonistas o los objetos que se desea resaltar. El origen de este tipo de espectáculo se remonta, dicen a